Se ha informado que el uso habitual de calzado influye en la estructura del pie y se ha demostrado que una exposición aguda altera la posición y la mecánica del pie. El pie está altamente especializado, por lo que estos cambios en la estructura/posición podrían influir en la funcionalidad. Esta revisión tiene como objetivo investigar el efecto del calzado en la marcha, centrándose específicamente en estudios que han evaluado la cinemática, la cinética y la actividad muscular entre caminar descalzo y con calzado común. De acuerdo con PRISMA y las pautas publicadas, se completó una búsqueda bibliográfica en seis bases de datos que comprenden Medline, EMBASE, Scopus, AMED, Cochrane Library y Web of Science. Quince de 466 artículos cumplieron los criterios de inclusión predeterminados y fueron incluidos en la revisión. Se evaluó la calidad metodológica de todos los artículos utilizando una herramienta de evaluación modificada basada en la declaración STROBE para informar estudios observacionales y la herramienta de evaluación CASP. Caminar descalzo permite una mayor extensión del antepié bajo carga y quienes caminan descalzos habitualmente tienen pies anatómicamente más anchos. Se observan diferencias espacio-temporales, incluida una longitud de paso/zancada reducida y una mayor cadencia, cuando se está descalzo. También se informa una colocación más plana del pie, una mayor flexión de la rodilla y una fuerza de reacción vertical máxima del suelo reducida en el contacto inicial. Los caminantes descalzos habituales exhiben presiones plantares máximas e impulsos de presión más bajos, mientras que las presiones plantares máximas aumentan en el usuario calzado habitualmente que camina descalzo. El calzado afecta especialmente a la cinemática y la cinética de la marcha de forma aguda y crónica. Se han realizado pocas investigaciones en poblaciones de mayor edad (más de 50 años) y, por lo tanto, se requieren más investigaciones para comprender mejor el efecto del calzado en la marcha a lo largo de la vida.